Hoy nuestra comunidad da un paso más en el camino de la justicia social y la igualdad de oportunidades. Con enorme orgullo, desde la actual gestión de gobierno adjudicamos la vivienda N.º 30 en solo dos años de gestión, reafirmando una convicción clara: el acceso a la vivienda no es un privilegio, es un derecho.
Detrás de cada casa hay una decisión política, una planificación responsable y un Estado que elige estar cerca, acompañar y dar respuestas concretas. Porque gobernar también es garantizar dignidad, especialmente a quienes han trabajado toda una vida y esperan, con esfuerzo y paciencia, la posibilidad de un hogar propio.
Esta Navidad tendrá un significado especial: María Teresa, una mujer mayor, jubilada, podrá celebrar estas fiestas en su tan anhelado hogar, con la tranquilidad, la seguridad y la emoción de saber que ese sueño postergado hoy es una realidad.
Seguimos demostrando que con un Estado presente, con políticas públicas sostenidas y con una comunidad unida, los sueños se transforman en hechos. Vamos a seguir por este camino, convencidos de que nadie se realiza en soledad y que el progreso es verdadero cuando llega a todos y todas.
Más viviendas, más derechos, más futuro


